Obispo Manuel Ruiz proclama: “El Señor debe ser la bujía que encienda nuestra familia

Por Esmirna Gómez.-

Santo Domingo Este. – Con un mensaje de esperanza, compromiso y fe profunda, el nuevo obispo de la Diócesis Stella Maris, Monseñor Manuel Ruiz, presidió la primera Eucaristía en el marco de las fiestas patronales de la Parroquia Nuestra Señora de los Dolores, en el sector Cancino. Fue la primera misa concelebrada junto al P. Geffrard Vili, el P. Ricardo de la Rosa y el diácono Rafael Martínez, quienes acompañaron al obispo en este momento histórico para la comunidad.

En su homilía, Monseñor Ruiz habló con un tono cercano y directo, tocando fibras sensibles al recordar que la vida es un viaje donde lo material se queda atrás: “Cuando llega el taxi funerario que nos lleva al encuentro definitivo con Dios, nada nos acompaña. Ni la casa, ni el barrio, ni los bienes, ni siquiera el cuerpo que tanto cuidamos. Todo queda aquí. Lo único que permanece es la vida espiritual que hemos construido en el Señor. Por eso, lo primero debe ser Dios, y lo demás puede esperar”.

El obispo ilustró su mensaje con ejemplos de la vida diaria, invitando a reflexionar sobre lo que verdaderamente tiene valor: “¿Cuántos de ustedes guardan un carrito viejo, unos dibujos,  tienen una casa y unos pesos? Todo eso se pierde con el tiempo. Y así pasa con lo material. Pero si lo que construimos es fe, si edificamos una torre espiritual en nuestras familias, esa obra permanece para siempre”.

Con la sabiduría de un pastor que conoce a su pueblo, Monseñor Ruiz insistió en que amar intensamente a la familia y trabajar con empeño es necesario, pero jamás puede estar por encima de la relación con Dios:

“Amar a los padres, a la esposa, a los hijos, sí. Trabajar en los negocios, también. Pero si Dios no ocupa el primer lugar, todo lo demás se derrumba. Porque lo esencial no es lo que se queda en la tierra, sino lo que se prepara para el cielo”.

El obispo también exhortó a no posponer el compromiso de fe :“Muchos dejan todo para última hora, y cuando llega el momento, ya no hay tiempo. Así pasa con nuestra vida espiritual: no podemos dejar que llegue el final sin haber construido el edificio que Dios nos pide. No podemos llegar al cielo con las manos vacías”.

Y con voz firme añadió: “Cuando San Pedro nos pregunte allá arriba por nuestros hijos y nuestros nietos, no podemos decir que se quedaron viendo televisión o distraídos en lo pasajero. El Señor nos pedirá cuentas, y nuestra misión es traer con nosotros a toda la familia, edificada en la fe”.

Durante la celebración, el Padre Ricardo de la Rosa, párroco  de la misma agradeció a los líderes comunitarios, asociaciones, equipos pastorales, y visitantes por su apoyo constante, describiendo la parroquia como un verdadero modelo de cohesión social, donde la fe se convierte en la fuerza que une a los vecinos.

Finalmente, Monseñor Ruiz hizo un llamado a la acción: “En cada familia debe haber una bujía que encienda a los demás, alguien que empuje con amor hacia Dios, como el paracaidista que necesita un impulso para lanzarse. Así debemos motivarnos unos a otros, para que nadie se quede atrás. Sólo así, unidos, podremos celebrar la verdadera fiesta: la de estar todos juntos en el cielo”.

Las fiestas Patronales en honor a Nuestra Señora de los Dolores iniciaron con esta solemne Eucaristía, cargada de emoción y profundidad espiritual. Las actividades continuarán en los próximos días con un programa que combina liturgia, cultura y comunidad, reafirmando la identidad cristiana del sector Cancino y su compromiso de fe.

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